miércoles, 26 de octubre de 2011

¿Qué dice la Biblia sobre lo que sucede al morir? 003 y Final

 

“Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Eclesiastés 12:7).

 

 

 

 

¿QUE PASA CON EL CUERPO Y EL ESPIRITU AL MORIR?

 

¿Mueren el alma y el espíritu cuando el cuerpo muere? ¿Continuamos viviendo después de la muerte? Esto fue lo que Cristo declaró: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28).

 

Si alguien puede matar el cuerpo pero no el alma, entonces es porque el alma debe ser capaz de vivir aunque el cuerpo muera. La muerte del cuerpo no significa la muerte del alma.

 

El alma de Raquel no murió con el cuerpo de ella; en lugar de ello, lo que sucedió, fue que salió del cuerpo de ella cuando murió: “Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín” (Génesis 35:18). El alma deja el cuerpo cuando uno muere.

 

El alma del hijo de una viuda regresó cuando fue traído de nuevo a la vida. Elías, con el fin de restaurarle la vida, “se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él. Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió” (1 Reyes 17:21–22). El alma del niño debió haber salido en el momento de su muerte, de lo contrario, no podría haber vuelto a él nuevamente.

 

Debemos nuevamente, llegar a la conclusión de que el alma abandona el cuerpo en el momento de la muerte.

 

Elías le pidió a Dios que se llevara su “alma” (1 Reyes 19:4), palabra que se traduce como “vida” en la Reina-Valera. Nuevamente, vemos que el alma deja el cuerpo en el momento de la muerte.

 

En el cumplimiento de la profecía de David en el Salmo 16:8–11, el cuerpo de Jesús no se descompuso y su alma no fue dejada en el Hades.

 

En el sermón que Pedro predicó el día de Pentecostés, Pedro hizo uso del Salmo 16 para probar la resurrección de Jesús (Hechos 2:29–31). Su alma abandonó su cuerpo en el momento de su muerte, fue al Hades, y regresó cuando fue resucitado.

 

Esto fue lo que al rico “insensato” se le dijo: “Esta noche vienen a pedirte tu alma” (Lucas 12:20). Lo que se dio a entender con esto es que su alma sería tomada dando como resultado, la muerte.

 

De las anteriores Escrituras se puede llegar a la conclusión de que cuando el alma abandona el cuerpo, éste muere. El alma no muere cuando deja el cuerpo. De la misma manera, nuestro espíritu también abandona nuestro cuerpo y continúa viviendo separado de éste.

 

Cuando Jesús murió, él encomendó su espíritu al cuidado de Dios cuando dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46). El cuerpo de Jesús permaneció un rato en la cruz y después fue sepultado, pero su espíritu había salido para estar al cuidado de Dios.

 

Mientras vivimos, tenemos la libertad de movernos según lo permiten nuestros cuerpos. Cuando el alma y el espíritu abandonan el cuerpo, ellos dejan de tener tal movilidad física. De allí en adelante dependen del cuidado de Dios. Él los preserva en el Hades mientras son resucitados.

 

 

PARA TERMINAR…

 

La muerte y la vida son términos que deben ser comprendidos según los contextos en los que se encuentren. Cuando pasamos por la puerta de la muerte, el alma y el  espíritu abandonan el cuerpo y entran a un estado incorpóreo.

 

 

Pr. Jorge E. Pino Valenzuela.

Octubre 2011

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