jueves, 27 de octubre de 2011

EL LUGAR DONDE ESTAN LOS MUERTOS 003

 

 

EL LUGAR DONDE ESTAN LOS MUERTOS

 

“Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:39–43).

 

 

PARAISO Y TARTAROS, LOS DOS LUGARES DEL HADES

 

 

El paraíso

El Hades se divide en dos secciones separadas (Lucas 16:26). Una de estas es el paraíso, y la otra es el tártaro.

 

Jesús le dio certeza al ladrón en la cruz con las siguientes palabras: “De cierto, de cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43). La palabra “Paraíso” (del griego paradeisos) significa “parque”, un lugar de belleza y consuelo (tal vez estos textos se refieran al mismo lugar 2 Corintios 12:1– 4; Apocalipsis 2:7) o, como en este caso, a un lugar al cual los muertos justos van. Aunque el cuerpo de Jesús fue puesto en el sepulcro (Lucas 23:52–53), su alma fue al Hades (Hechos 2:27, 31). Jesús no ascendió al cielo al morir, esto es lo que evidencian las palabras que le dijo a María Magdalena: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre” (Juan 20:17).

 

De lo anterior podemos concluir que cuando Jesús y el ladrón en la cruz murieron, ambos fueron a la sección del Hades llamada paraíso, un lugar de descanso y belleza.

Del “seno de Abraham”, de Lucas 16:22, se debe pensar que es sinónimo de paraíso. Los justos van al paraíso cuando mueren. La expresión “seno de Abraham” indica  sencillamente el amor que Abraham tenía por Lázaro.

 

Natán, el profeta, habló de un hombre pobre cuya corderita dormía en su seno (2 Samuel 12:3), con lo que mostraba su amor y su cuidado por la corderita. El discípulo a quien Jesús amaba se recostó en el seno, o al lado de Jesús (Juan 13:23), una señal del amor de Jesús por tal discípulo. De Jesús se dice que él está en el seno del Padre (Juan 1:18), una expresión que no debemos tomar literalmente (eso sería politeísmo), sino de la relación entre la manifestación de Dios como Padre y como Hijo.

 

El rico no era amado ni honrado por Abraham, como muchos judíos lo esperaban; en lugar de éste fue el pobre Lázaro el que recibió la aceptación por parte de Abraham.

 

El tártaro

Una “gran sima” que hay en el Hades divide el paraíso del tártaro, el lugar de tormento y de dolor. La palabra tartaros, del griego, la cual, desafortunadamente, se tradujo como “infierno” en la Reina-Valera, aparece sólo una vez en el Nuevo Testamento: “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno [tártaros] los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio:…” (2 Pedro 2:4).

 

Los ángeles impíos van a estar allí, pero puede ser que ellos sean trasladados al “fuego eterno”, donde los injustos serán castigados junto con ellos (Mateo 25:41). Los espíritus de los muertos desobedientes están encarcelados allí (1 Pedro 3:19–20). A través de su espíritu (1 Pedro 1:11) en Noé, cuya boca él usó (2 Pedro 2:5), Jesús  predicó a algunos de ellos en los días de Noé. Como ellos rechazaron el mensaje, sus espíritus fueron encarcelados en el tártaro, donde estaban en el momento en que Pedro

escribió su segunda carta. Esta parte del Seol es mencionada en el cántico de Moisés: “Porque fuego se ha encendido en mi ira, y arderá hasta las profundidades del Seol” en Deuteronomio 32:22.

 

El tártaro es la parte baja del Seol.

 

El esquema debe ser el siguiente:

 

 

EL HADES O SEOL:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Jorge E. Pino Valenzuela

Pastor Evangelista…

No hay comentarios:

Publicar un comentario