lunes, 7 de noviembre de 2011

MENSAJE DE TRIBULACION, TRIBULACIONES Y GRANDES TRIBULACIONES 002

MENSAJE DE TRIBULACION, TRIBULACIONES Y GRANDES TRIBULACIONES

¿Capitulo 7 habla de la GRANDE TRIBULACION?

 

 

“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.  Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,  diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido?  Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.  Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.   Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.”

(Apocalipsis 7:9-17 RV1960)

 

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.  Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.  Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.  Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

(Apocalipsis 21:1-5 RV1960)

 

Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.  En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,  y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.  No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

(Apocalipsis 22:1-5 RV1960)

 

 

 

 

 

¿QUIEN ES LA MULTITUD?

 

Mi opinión es la misma de hace un par de años atrás cuando apenas estudiaba este libro: que los dos grupos son en esencia el mismo (me refiero a los 144.000.- y a la gran multitud, pero en ocasiones temporales diferentes.

 

En esto coinciden muchos comentaristas. Los que no opinan así, destacan las aparentes diferencias que hay entre los dos grupos:

 

Diferencia 1. Algunos insisten en que el primer grupo está compuesto de judíos; mientras que el segundo, de gentiles. Sin embargo, es prudente que subrayemos que los 144 000 representan al Israel espiritual, la iglesia —y que éstos simbolizan a todos los salvos. En el texto de esta lección, se nos dice que la multitud está compuesta de los redimidos de “todas naciones” (vea el verso 9) —no dice que “de todas naciones excepto judíos”.

Ambos grupos estaban, por lo tanto, compuestos de toda la gente salvada, ya fueran de procedencia judía o gentil.

 

Diferencia 2. Otros opinan que es significativo el hecho de que el primer grupo fue contado; mientras que el segundo no lo fue. Observe, sin embargo, que lo que Juan vio fueron dos vastas multitudes. Él no contó el primer grupo; sino que oyó el número de los que formaban parte de él. (Una vez en cierta convención de mi congregación fue imposible para mí contar la gente que estaba en las gradas, pero que había más de 10.000.- presentes.) No hay duda de que el número de los 144 000 sellados de 7.4, no es literal, sino simbólico.

 

El hecho de que se mencione el total de una multitud y no el de la otra, no contradice en forma alguna la conclusión en el sentido de que los dos grupos son esencialmente el mismo.

 

EXPLICANDO LO ANTERIOR

 

Explico a continuación cómo combino las dos escenas del capítulo 7: Los versículos 1 al 8, hablan del sello que los cristianos recibieron con el fin de protegerlos para cuando los vientos de destrucción fueran desatados. Los 144 000 representan a todos los miembros de la iglesia —del pasado, del presente y del futuro. Todo cristiano es sellado y protegido. Esta situación lleva a preguntar: ¿Es suficiente y real la protección de

Dios? Fue precisamente para contestar la anterior pregunta que los versículos 9 al 17, se escribieron.

 

Dicen éstos que la multitud sobrevivió a “la gran tribulación” (vers.o 14). Los sellados no fueron destruidos por los vientos de devastación; ¡sino

que al final llegaron salvos y sanos a la presencia de Dios! Los 144 000 representan, entonces, al pueblo de Dios en momentos anteriores a la prueba, y la vasta multitud lo representa en momentos posteriores, cuando ya se encuentran victoriosos y triunfantes.

 

Ya expliqué anteriormente que cuando se refiere a la “gran tribulación”, es imposible que se estuviera refiriendo a las 3 años ½ de los cuales se piensa se desatarán los juicios de Dios, dado que según la doctrina de la “Grande Tribulación” será casi imposible para los gentiles ser salvos en este tiempo, y por lo cual, la GRAN MULTITUD no pudo salir de este periodo tan corto.

 

Cuando los cristianos primitivos leían el capítulo 7, esto es lo que les decía: “Cuando se enfrenten con Roma, Dios va a estar con ustedes y los protegerá. Aunque Roma les dé muerte, ¡la única consecuencia será que ustedes marcharán a la presencia del Señor!”. Cuando leemos este pasaje, se nos promete que por más problemas que tengamos en esta vida, ¡el día de mañana será más brillante!

 

¡¡Gloria a Jesucristo!!

 

 

 

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Dios le bendiga,

 

Pr. Jorge E. Pino Valenzuela.

Diplomado en Teología

Noviembre 2011.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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